jueves, 27 de septiembre de 2012


La rata.

 
  Guardia de domingo en el Centro de Salud. 
 
 Juana viene temprano acompañada de su hijo porque esta madrugada le ha mordido una rata.
 
 
         Juana es una mujer valiente, su  mundo, como el de muchas mujeres de su edad,  no es lugar cómodo donde vivir.  Tiene sesenta y muchos años, no recuerda bien en qué año vio la luz y tampoco en que año su vida dejó de ser suya.  Alguien  dio por hecho desde que era niña y luego adolescente  que  debía cuidar de sus padres, también se  dio por hecho en algún momento de su vida que ya tenía edad para casarse, pero no para elegir con quién, y   Juana se casó y se llevó a sus padres consigo. Su marido no protestó, qué más daba si los iba a cuidar ella,  si así estaría  más sujeta, así más controlada,  y él más libre.
 
       A Juana se le pasó la edad de la escuela, también se le pasó la edad de los bailes... y en su casa nunca hubo intimidad.
 

        Una vez  presa en su propio nido  fue fácil que su cuñada, de mal carácter, soltera,  mayor y muy aburrida de no hacer nada, se instalará allí y  formara pronto parte de las personas a las que Juana debía cuidar.

 
          Juana se levanta todas las mañanas y sale a hacer los mandados, y cuando termina me hace una visita, siempre hay algo que comentar, sus dolores de espalda,los pañales de su cuñada, o las agujas para la insulina de su marido.... le gusta venir a verme, se le escapa  una sonrisa tímida y yo  lo interpreto como un guiño porque dentro de su amargura y sus grandes obligaciones, un día duro de males, yo le arranqué una sonrisa y le mostré complicidad.

 
         En casa la esperan  ellos, sentados como estatuas,  hace  tiempo decidieron dejarse llevar, no se mueven porque prefieren que los muevan, no comen si no les dan de comer, y cada día permiten que Juana supla sus necesidades más y más, con las  persianas echadas todo el año, ambiente frío aunque haga calor, quejidos constantes y exigencias hacia quien les dedica su vida entera..  Ella lo hace todo, y si algo está mal... también es culpa de ella.
 
 
            Están enfermos de la vida, y eso no lo curamos los sanitarios, de hecho, cada día están peor. Su cuñada, por la vida que no ha vivido,  que no supo gestionar, su soltería mal llevada y su paso por la madurez y ahora la amargada senectud,  y él, su marido, enfermo también de la vida  que ya no quiere vivir, porque no se adapta a no ir lejos, ahora  que sus piernas con dificultad lo aguantan  y sus pulmones, heridos por el tabaco no le responden  bien, y aunque su casa es grande y tiene un gran patio soleado no es lugar para el hombre de ayer, la casa es cosa de la mujer, piensa despierto pero con los ojos cerrados, como un niño que finge que no está.  . No se adapta  a que a estas alturas de la vida Juana “valga” más que él. Porque Juana disfruta cada día en el mercado, se siente libre cuando sale por la puerta aunque luego tenga que volver. Disfruta cuando puede  comprar muchas cosas que no tuvo en otros tiempos y por unas escasas horas alguien en casa la sustituye,  tiene libres dos horas tres veces a la semana, una gran ayuda  que le proporciona  la Ley de Dependencia y que Juana saborea cada mañana con orgullo y así la vida se sobrelleva, Juana  se siente reconocida y valorada como nunca en su papel.
 
 
 
 
 
Esta foto la tomé en le patio de Juana, la abeja trabajaba, como ella, Le sugerí que podía adoptar un gato para alejar a las ratas y le pareció buena idea, estuvimos  hablando. Antes las culebras se comían a las ratas porque entraban en sus madrigueras, pero los hombres decidieron perseguir y dar mala muerte a las inofensivas culebras insultándolas, llamándoles "bichas" y creando historias sobre ellas. También el hombre le hizo la vida difícil a los búhos y autillos, grandes comedores de ratas. Y por último en el pueblo llaman loco al que alimenta a los gatos callejeros, y hay niños que los apedrean. Conclusión , las ratas viven demasiado tranquilas.
 
 
 
Hasta pronto.
 
 
 
 
 

    
 

 

 

   

miércoles, 5 de septiembre de 2012

La higuera



     Otra mañana de domingo. ¡Es fabuloso, tengo una cada siete días!.


   La playa suele estar muy concurrida los domingos de agosto, por eso opté por la opción  B, es bueno inventar planes alternativos.
 
   A veces viene bien ir en contra de la corriente, por eso cuando salí de casa no paseamos por  la habitual ruta de la playa. Después de recoger el periódico, mi perro y yo tomamos otro camino.

 Se hizo un poco pesado para él porque  parece muy mayor, aunque no sé qué edad tiene. Hace unos siete  años cuando me hice cargo de él corría mucho y siempre me adelantaba, pero ahora camina detrás de mí todo lo que le permite el largo de la correa. Intenta ir a mi paso, pero siempre se para cuando encuentra una sombra.

Esta vez mi perro, Broto, tuvo suerte porque a menos de media hora encontramos una buena sombra debajo de  una gran higuera. Era tan grande que formaba una  cúpula redonda bajo la cual nos  encontrarnos con el evocador olor veraniego de la higuera, y donde  además  él podría reponerse.


No pide nada, sabe dar.


Lo más habitual, ya que era domingo habría sido parar a la vuelta en la pastelería del barrio, pero mi amiga, la higuera, me ofreció mejores pasteles, más equilibrados en cuanto a su valor energético y nutricional .   Me ofreció tantos que no dudé en recogerlos y por supuesto, como se ha hecho toda la vida cuando hay abundancia de cosecha, elaboré mermelada.
 
 
 

El proceso





 
 
 
 
 
No sería una idea descabellada plantar higueras en los ciudades, no piden nada , y dan sombra, olor, y alimento.  También son buenas para aprender a trepar.
Sin embargo las vemos en los terrenos y casas  abandonadas y , claro que pensando mal, quizás  por ello han sobrevivido. Últimamente los hombres no se llevan muy bien con los árboles.
 
 
 


Como veis, caminar por sitios poco transitados tiene su recompensa, te puedes encontrar con el sonido de la brisa, con el olor de las plantas que van rozando tus pies  o incluso te puedes encontrar contigo mismo si andas un poco perdido y al encontrarte puedes elaborar mermelada para todo el otoño.     Hasta  muy pronto.
  
 
 
 
  Y  como a Broto no le gustan los higos,  también tuvo su recompensa.
 
 






domingo, 2 de septiembre de 2012

Las esponjas

  
Nueva planta para mí.
        Me gusta aprender y emprender tareas nuevas. Algunas no llegan a buen término, todas  sirven para escribir los renglones de mis días.
       Conocí una planta paseando por una calle de un pueblo. Estaba trepando sobre una celosía de metal, y le colgaban unos frutos a modo de calabazas, pero no lo eran.
       Años después las volví a ver en el invernadero de mi amiga Manuela. Manuela es una de mis pacientes/usuarias. Tiene ochenta y muchos años, es viuda y trabaja la finca que le dejó su marido, tiene muchas hectáreas, se pierde en ellas la vista.
       Manuela algunos días  me regala estas "calabazas", y otras veces me las cobra.
       A mi siempre me viene bien, me alegro cuando me las regala y también disfruto cuando me pone un precio ideal.
        Todo lo que cosecha en la finca de Manuela es ecológico, a ella esto no le parece del todo bien, a veces desearía echar herbicidas porque no da a basto quitando malas hierbas, pero sus hijas , que también trabajan el campo no le dejan matar ni a una mosca. Como anécdota, sucedió que  un día me enseño un spray insecticida que tenía muy escondido para eliminar un avispero sin que sus hijas lo supieran.

         Aquí podeis ver la planta de la que os hablo, se llama luffa, y tradicionalmente se ha usado para convertirlas en esponjas. Son muy resistentes, tienen un entramado de fibras en su interior que proporciona un masaje con efecto exfoliante.
       






Cuando están secas se pelan y se sacuden para quitarle las semillas. Y comienza la parte artística.





      Envueltas en papel celofán , y con un cordón para colgar en la ducha.



Los besos que no he dado.(escrito el 8 de mayo del 2011)

Tarde de Domingo
Tarde de domingo ideal, cielo azul, de poniente, mar en calma.
Lo veo desde mi ventana, los colores intensos, azul del cielo, azul el mar, muy blancas las casas. Tengo el día libre y no paro de hacer cosas, voy de un lado a otro de mi "mansión", ahora tiendo, ahora escribo, ahora me hago una tostada. Mi perro me mira mosqueadao, "¿cuando me llevas a pasear?"
De fondo siempre la radio, ahora Radio tres, hablan de los besos, ...son muy beneficiosos, producen endorfinas, participan 30 músculos de la cara, aumentan los latidos cardiacos mejorando su actividad....y para colmo el intercambio de bacterias también resulta saludable, por eso de la inmunidad, etc.
Me encantaría estar besando en este y otros muchos momentos. Nunca estaré con alguien a quien no le guste besar y ser besado.
Continuará...



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http://alcasbama.blogspot.es/img/brotoesperandome.jpg

sábado, 1 de septiembre de 2012


El incendio.  (escrito el 31 de agostto de 20102)
 

Hoy arde la Sierra de Málaga, tengo el estómago levantado y el alma como envenenada desde que me enteré esta mañana, cuando a las 6.45 sonó la radio-despertador para darme los buenos días con las malas noticias.

Tengo la nausea  en mi interior a pesar de ser enfermera.  La nausea por lo que escuché en  la radio, por el olor se percibía en mi centro de trabajo, por las imágenes que llegaban de la televisión regional y por el tacto de las cenizas de muerte sobre mi coche.

Muchos días me avergüenzo de pertenecer a la especie humana. Somos capaces de destruir de esta manera y de otras mucho más refinadas.

Pero debe seguir aquí, como humana, por eso ayer me puse a arreglar mi jardín , con una personita de dos años de edad, son las horas que me reconcilian con el mundo. ¿Puede ser un niño tan pequeño prudente, responsable, trabajador, ordenado, cariñoso y sensible? Es increíble! , pero es el  segundo caso que conozco. Qué contradicción, es un humano!

 Volveré a escribir cuando se controle el incendio.

lunes, 28 de febrero de 2011

un día más

un día que se va


Un día más… me hubiera gustado me hubieran cabido en él tantas cosas….Apenas tengo tiempo de realizar mi larga jornada laboral, volver a casa, comer, pensar, y en menos de una hora otra vez pasar a la acción. Un gran listado en mi cabeza de cosas, actividades, lecturas…que sueño con realizar. No alcanzo a realizarlas, demasiadas limitaciones, limitaciones personales, limitaciones horarias, limitaciones del lugar mi lugar…
Mañana tengo que conseguirlo, realizar la mitad del curso online, (ayer realice su otra mitad presencial), estudiar música, arreglar el jardín, leer, siempre leer.
Esta vida-carrera de obstáculos. Cuando decidí vivir en un pueblo no pensé que pudiera traer conmigo el estréss que me oprimía en la cuidad. Pero está visto que no pertenecía a la gran ciudad sino a mi interior, tengo que matarlo, al stréss, me refiero.
Tampoco conseguí vivir en un pueblo, me he conformado con una horrible ciudad, con complejo de capital y unos 100.000 habitantes.Está claro que como en mi remota infancia, continúo siendo conformista, aunque no quisiera serlo, menos mal que estoy convencida por propia experiencia de que somos modelables a cualquier edad, si queremos, por supuesto, y yo voy a dejar conformista cualquier día de estos, aunque lleve medio siglo a mis espaldas. Aprendizaje y cambio, es una de mis máximas. Me encanta esa palabra “modelar”, dar nueva forma, es fantástico, dejar de ser como no quieres ser.
Mañana seré otra. No al conformismo es mi tarea para mañana, buenas noches.




                                                11 de febrero de 2011